Pese a ser una final de Copa a partido único también se repartieron puntos, pero no fueron en el césped. El aficionado del Athletic Gorka sufrió un percance en mitad del partido en La Cartuja. El accidente no le impidió que siguiese viviendo la fiesta en el interior del estadio y más tarde en la calle. "No me dolió, me quedé tomando algo hasta bien entrada la noche", explica.

Relata que sucedió "después del descanso, cuando todavía no estaba en mi localidad". El athleticzale "entraba tarde al campo" en el momento en el que escuchó "el gol de Sancet", anotado en los primeros minutos de la segunda mitad. "Subiendo las escaleras" para regresar a su localidad, se cayó varios peldaños golpeándose con la barandilla en la cabeza. "Vi la sangre caer", indica.

En ese momento, los sanitarios le vieron caer y bajaron corriendo a por él, pero no tenían grapadora. El aficionado, con muchas ganas de continuar viendo el partido, les pidió que le dejasen seguir disfrutando del choque hasta que llegasen las grapas. Aprovechando el descanso que hubo una vez concluidos los noventa minutos, le colocaron las grapas: "Estuve 45 minutos de la final de Copa del Athletic con la cabeza abierta", apostilla.

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Afortunadamente, "no perdí la conciencia" y todo se quedó en una anécdota que los fans, tanto del Athletic como del Mallorca, se tomaron con humor cuando se encontraban a Gorka con la venda en la cabeza. Cuenta con humor que muchas personas que se cruzaban a su paso le comparaban con Muriqi –delantero del Mallorca que recibió el mismo vendaje que el vizcaino–. "Muriqi es del Athletic", le gritaban. De hecho, "un amigo mío me dijo que si no me lo dijeron 100 personas no me lo dijo nadie", añade.

"Dentro de lo que cabe, fue un final feliz porque acabé viendo al Athletic levantar la Copa", expresa, concluyendo con un mensaje de que "todo queda en una anécdota para el recuerdo".